viernes, 7 de enero de 2011

El maestro

El maestro




Un amigo me enseño lo que es la fraternidad me llamo hermano, el día que todos me culpaban.

Pedro espera con ansiedad en el paso de los años para poder escuchar al gallo cantar otra vez pues ha vuelto a negar al maestro. Yo le escucho cada vez que recuerdo todas mis negaciones.

Tomas aun esta negando lo que no ha visto, pues se quedo ciego.

Tomas es un incrédulo con los dedos empapados en sangre del maestro.

Mi padre fue músico de Iglesia por muchos años hasta que un sacerdote le dijo que su música no agradaba a Dios. Aun sigue cantando aunque el sacerdote ya no lo escuche.

El otro día pedí a mi maestro que me enseñara toda su sabiduría, él me tomo de la mano y me llevo a mi interior. Como estoy ciego no he visto nada.

Un pordiosero le pidió a un rico, alimento para saciar su hambre y el hombre le regalo oro cuando no había nada que comprar.

La benevolencia esta en el conocimiento de nuestra propia fuerza y en su uso adecuado.

Pedro aun anda buscando a Jesús para negarlo.

Las prisiones las podemos llevar con nosotros mismos si somos reos de nuestras propias culpas.

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